Category: Desdoblamientos


Caracola de mar

«Siento que tus palabras me sentencian, que me juzgan y que me apartan de ti,
pero antes de irme, tengo que saber si eso es lo que quieres decirme.
Antes de erigirme en mi defensa, antes de hablar herida o asustada,
antes de levantar esa pared de palabras, quiero saber si verdaderamente he oído.
Las palabras son ventanas o paredes, nos condenan o nos liberan.»

Ruth Bebermeyer

Estudié 11 años de mi vida en un colegio religioso. La «Madre Directora» desde su posición jerárquica tres metros arriba de nuestras cabezas nos hacía formar en fila todos los lunes. Hacía silencio con el rostro y un par de ojos grises omnipresentes que imponían respeto. O era tal vez miedo. O quizás la proyección de un letrero rojo intermitente con las letras «Warning» debajo de un par de cejas canas que te hacía bajar la cabeza no necesariamente como signo de sumisión, mas bien como signo de evasión natural ya que nadie quería problemas. ¿Y es que acaso ella percibiría esto como tal? ¿O realmente creería que su poder de directora-ente-superior se ganaba proyectando cierta cuota de hostilidad y por eso perpetuaba la careta todos los lunes, infinitamente?. De hecho, nunca hice esta reflexión durante mi edad escolar sino hasta ahora. No tenía experiencia previa de lo complejo que significa dirigir personas y de sentirte, a su vez, parte de todas ellas. Debe ser mucho más difícil dirigir gente muy joven, que realmente no sabe lo que siente o lo que debe sentir, que cambia de opinión más rápido de lo que uno se demora en salir al recreo cuando suena el timbre y que tiene el corazón tan frágil como las dulces y solicitadísimas obleas del kiosko azul de Inca Kola-sin lugar a dudas siempre mis favoritas.

Todos siempre queremos poder, de una forma u otra. Volviendo a la época sagrada de los uniformes grises, yo creo que la directora garantizaba su poder de esta manera. Nosotras como alumnas también queríamos poder. Es por eso que torcíamos la fila y cantábamos el himno en playback a propósito. De hecho nos descubrieron el día que se rayó el cassette y se paró de golpe, nuestras bocas seguían abriéndose y cerrándose pero nadie escuchaba nada. La directora perdió su poder por un segundo cuando resonaron nuestras risas al unísono… pero lo recuperó castigándonos con una amonestación escrita que llegó a las manos de nuestros padres. Todas estábamos, empero, felices de haber logrado nuestro objetivo de hacernos sentir y de ser más, el que luego de 20 años en mi memoria puede parecer tonto, pero la verdad, nos dio identificación y poder de grupo, un poder de fuente ovejuna incalculable.

En este tira y jala de poder, no sé si existe alguien que gana o pierde al final de la batalla -o debería decir juego de mesa?. Si es algo que todos tenemos metido en la piel, es imposible ignorarlo al momento de convivir cotidianamente con profesionales-maratonistas que lo quieren todo siempre y siempre quieren más. La mayoría de personas con las que paro considera que siempre debe existir alguien que lidere un equipo, en cualquier ámbito, para que este funcione. Todos no pueden dirigirlo porque se sabotearían. Y tampoco puede permanecer acéfalo por siempre porque se desintegra. Tal vez sea por esto que el socialismo puro no funcione. Porque en realidad, todos siempre queremos tener el mando, el poder, el timón del barco en nuestras manos.

Lo abstracto no nos basta, a pesar que defendemos ideologías a capa y espada. Siempre queremos algo concreto, visual y palpable. Creemos en el amor genuino, pero necesitamos firmar papeles para asegurarnos de que tenemos el poder de decir mío o tuyo. Creemos que somos inteligentes y capaces, pero necesitamos demostrárselo a alguien más y así avanzar más y más profesionalmente.

¿Existirá algo en lo que crea fervientemente y que no necesite demostrárselo a nadie para estar segura de tener el poder sobre eso? Eventualmente creo que todo siempre se termina mostrando o demostrando, al menos con palabras.

No sé. Seguiré buscando.

(Pelagia’s father to Pelagia in «Captain Corelli’s Mandolin»)

 

«When you fall in love, it is a temporary madness. It erupts like an earthquake, and then it subsides.

And when it subsides, you have to make a decision. You have to workout whether your roots have become so entwined together that it is inconceivable that you should ever part because this is what love is.

Love is not breathlessness, it’s not excitement. It’s not the desire to mate every second of the day. It’s not lying awake at night imagining that he is kissing every part of your body. That is just being in love, which any of us can convince ourselves we are.

Love, itself, is what is left over, when being in love has burned away… «

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Me han dado 24 horas.

Hoy estoy con ganas de bajarme a todos los malos de la película. Así que tú (sí, tú, el de la casaquita negra), ya sabes…!!!

I’m standing guard over you. Always.

P.S. : La letra de la canción de arriba es esta:

Been given 24 hours to tie up loose ends, to make amends
His eyes said it all, I started to fall and the silence deafened
Head spinning round, no time to sit down, just wanted to
Run and run and run
Be careful they say, Don’t wish life away,
Now I’ve one day

And I can’t believe how I’ve been wasting my time

In 24 hours they’ll be laying flowers on my life,
it’s over tonight
I’m not messing no I need your blessing and your promise to live free
Please do it for me

Is there a heaven a hell and will I come back? Who can tell
Now I can see what matters to me it’s as clear as crystal
The places I’ve been, the people I’ve seen, plans that I made
start to fade
The sun’s setting gold, Thought I would grow old,
It wasn’t to be

And I can’t believe how I’ve been wasting my time

In 18 hours they’ll be laying flowers on my life,
it’s over tonight
I’m not messing no I need your blessing and your promise to live free
Please do it for me

In 13 hours they’ll be laying flowers on my life,
it’s over tonight
I’m not messing no I need your blessing and your promise to live free
Please do it for me

I’m not alone, I sense it, I sense it
All that I said, I meant it, I meant it

And I can’t believe how much I’ve wasted my time

In just 8 hours they’ll be laying flowers on my life,
it’s over tonight
I’m not messing no I need your blessing and your promise to live free
Please do it for me

In just 1 hour they’ll be laying flowers on my life,
it’s over tonight
I’m not messing no I need your blessing and your promise to live free
Please do it for me

Hablando y hablando con un blog-amigo de aventuras el día de ayer, prometí postear esta foto tomada el año pasado en el Museo de Asclepio (o Esculapio) al Sur de Grecia. Asclepio es mi «tatara» 🙂 , y el «tatara» de muchos de nosotros adoctrinados en el arte misterioso de la salud y todo lo que eso implica.

Primero una foto del tatara en sus años mozos para los que no lo conocen o no se acuerdan (no la he sacado de mi libro de historia, por siaca, en serio la tomé yo)

En la casa de mi tatara había muchas cosas interesantes, pero hubo algunas que me llamaron más la atención que otras. Los que pasan o pasaron por estas casas de artes ocultas me darán la razón. Como le decía a este amigo por allí, cuando vi lo que les voy a enseñar a continuación me pareció que había hecho un viaje en el tiempo y que había aparecido en una de mis clases de cirugía experimental porque los instrumentos que usábamos eran muy parecidos a estos.

😀 No me malinterpreten, lo que quiero decir es que a pesar de haber pasado tantas Edades de la historia de la humanidad ante nuestros ojos, los conocimientos de esa época aún siguen vigentes en nuestro quehacer cotidiano de muchas e inexplicables maneras. Este uno de los millones de lazos que nos atan al pasado de nuestros ancestros…

Qué interesante, no?